PARA TI; MADRE MIA EL PRINCIPIO DE TODO
Ella es tan
hermosa, llega a donde sea si necesito de su ayuda para algún problema,
contesta mis llamadas de madrugada y no se duerme hasta que lea un mensaje que
diga; llegue bien a casa.
Desde niño/a me enseño
que las tareas del hogar no eran una responsabilidad solo mía y que vine al
mundo para grandes cosas, no solo a llenar expectativas.
Aun antes de
nacer, ella ya me amaba, y ni siquiera, sabia como me vería. Pero, aun así,
siempre decía que era lo mejor que le ha sucedido en la vida.
Lo lamento porque
a veces llora a solas cuando se entera que estoy sufriendo o que escogí el
camino equivocado, y me hago el/la de oídos sordos ante sus consejos.
Sé que no siempre tiene la razón, pues es humana y
también se equivoca, pero no puedo negar que en la mayoría de veces en sus
preocupaciones. Ella parece invencible y es tan increíble que incluso enferma
sigue de pie dispuesta para todos, nos perdona sin guardar rencor, olvida que
le causamos algún dolor, se llena de orgullo cuando triunfamos y es a quien más
le duele cuando fracasamos.
Ella es mucho mejor que la mujer maravilla, no
necesita de un lazo para averiguar verdades, tiene súper fuerza para sostener
todas mis emociones inestables, su armadura es un corazón que reboza de ternura
y amor, su espada es mucho más filosa, pues con una sola frase puede ganar
muchas guerras y con otras hacer que cualquier enemigo retroceda, tiene una
mirada más fuerte que un rayo láser cuando observa que alguien se acerca con intención
de causarme daño, si alguien se atreve a hacerme daño ella en un instante puede
repararlo con tan solo un abrazo.
Ella se convierte en una fiera si de defenderme se trata. De ella podría llenar hojas enteras describiendo su hermosa alma, pero para terminar solo diré: ella es mamá. Y, nunca dejare de decirle; gracias por darme la vida y apoyarme incluso si estoy lejos de casa.
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