Entre poemas y micrrorelatos: Alfonso Susano, Hoy quiero hablar...

Evento Virtual: El principio de todo: para ti mama

Hoy quiero hablar de esa mujer que hace un nudo en mi garganta y quiebra mi voz al recordarla.

Por qué es la mujer que más he amado, por la que más he llorado y por ser la mujer más sagrada para mí.

Hoy al recordarla cubre de amargura mi ayer, ese ayer en el que en sus brazos me hizo sentir el ser más dichoso, el más querido. Me trae a mi mente su dulzura, sus caricias, su ternura y sus besos. Que en aquellos desvelos cuando yo caía enfermo, me mostraba su amor profundo.

La mujer que me meció en la cuna y nunca dejó de darme aliento y consuelo en mis días oscuros.

La que lloró de alegría cuando me vio nacer y me colmó de besos. La mujer que me enseñó lo que vale un amor profundo y verdadero.

Hoy quiero hablar de ella y esta es la única forma que sé. Hoy solo quiero que mi alma hable y que llore de la única manera que sé hacerlo yo. Porque se acabaron los amaneceres en los que ella oraba por mi.

Ya no hay más días para pensar en el mañana como algo deseado para volver estar a su lado. Cuánto amor es capaz de dar una mujer cuando ama de verdad.

Cuando es capaz de hacer su corazón pedazos y entregarlo a sus hijos uno por uno el corazón entero.

Siento esa herida en mi pecho viva y latente, cada que pienso que ya nunca podré arrullarme en sus brazos como cuando era un niño. Cuando lloraba de alegría con mis notas y mis abrazos.

Ella que cuando yo perdí la fe, ella nunca dejó de creer en mí. Que sigue siendo la luz del alma mía, mi inspiración y mi todo. Hoy quiero hablar de ella para bendecirla por todo lo bueno que me ha dado.

Por enseñarme que el amor puede transformarlo todo, lo sana todo. Por enseñarme a ser honesto, a recuperar mis principios, a ser valiente y mantener fuerte mis valores. Pero sobre todo a ser humilde con todos pero más aún conmigo mismo.

Hoy me atrevo a mover esa parte sagrada en el rincón de mi alma, solo para honrar tu memoria el día de hoy.

Por eso hoy no quiero compañía, porque se que lloraré una vez más para mitigar este dolor que aún yo siento.

Hoy entiendo el dolor de mi ausencia en tus días de vida.

Porque hoy siento ese dolor en mi alma, con la ausencia tuya. Me enseñaste lo delicadas que son como mujeres.

Pero que de sus debilidades sacan su mayor fortaleza cuando se trata del amor.

Gracias madre por enseñarme a ser fuerte porque cada día que te recuerdo, siento ese fuego en mi alma que me calcina lentamente. Te extrañaré cada día lo sé, pero soy como el roble que fuiste tú. Porque a ti te debo lo que soy y aunque me duele tu ausencia, mi vida continua.

Hasta que Dios decida el día en que volveré a estar a tu lado. Hoy solo quería hablar de ti y cuánto te amo, porque el hombre que soy ahora, lo hiciste tú con tu amor infinito y verdadero.

El hombre que cree en el amor gracias a ti, porque fue lo que más me diste en la vida. Madre tú siempre serás el lucero en mis noches negras de mi vida…

Te amo mamá…