Si pudiera hacer las cosas diferentes, las
haría sin pensarlo, esperando que los resultados entre nosotros, fueran muy
distintos a cómo terminaron siendo.
Cada mañana me visto, maquillo y sonrío
como siempre, porque es lo esperado tras unos meses. Pero aún me siento como la
chica rota, que, con su bata abierta en la espalda, no podía controlar el
llanto entre los brazos de su muy contenido esposo. Aún recuerdo la horrible vista
del vientre redondeado y su sensación de doloroso vacío en los días
posteriores. Aún evito mirar al lugar, que se supone, deberías estar. Y aún me
aprieta la garganta el saber que eres y serás siempre mi bebé estrella. Aún no
puedo decirte “hasta siempre”, porque esas palabras me saben a olvido. Y me es
inconcebible, la posibilidad de volver a perderte.
Bueno…”la normalidad” me espera. Y esta
será mi mejor sonrisa fingida.
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Marie C Mateo. |
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